Todos los años, también en éste de la pandemia, me conmuevo al leer el siguiente fagmento de una de las cartas de san Francisco Javier a san Ignacio:
"Muchos cristianos se dejan de hacer, en estas partes, por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen.
Muchas veces me mueven pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la Universidad de París, diciendo en Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: '¡Cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!'
Y así como van estudiando en letras, si estudiasen en la cuenta que Dios, nuestro Señor, les demandará de ellas, y del talento que les tiene dado, muchos de ellos se moverían, tomando medios y ejercicios espirituales para conocer y sentir dentro de sus ánimas la voluntad divina, conformándose más con ella que con sus propias afecciones, diciendo: 'Aquí estoy, Señor, ¿qué debo hacer? Envíame adonde quieras"
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