Seis días después de mi ordenación, hace hoy también exactamente 40 años, celebré mi Primera Misa Solemne en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de Murcia, donde tantas veces había ido de romería.
La Primera Misa es otro momento especialmente emocionante para el nuevo sacerdote, porque está rodeado, acompañado, por todos sus seres queridos: padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos, compañeros...
Además, en mi caso, la homilía la pronunció mi hermano Federico, que había sido ordenado también sacerdote dos años antes y que ahora está en Africa.
Recordó aquel 21 de agosto que el noventa por ciento de la vocación se la debemos a nuestros padres, a la familia. Lo bueno que es Dios, que se cuela en nuestra vida cuando nos sentimos queridos.
Y, en otro momento, añadía: "Dios es bueno, el mundo es bueno; Dios nos quiere, nos llama para que seamos felices amándole eternamente, nos facilita el camino para encontrarnos con Él. Respondemos que sí.
Es la historia de la Virgen. Ella dice que sí a Dios y todo es alegría en el mundo cuando a su lado, decimos también que sí a Dios. ¡Qué bonito! ¿verdad?...
Eres Cristo que nos enseña el camino del Cielo. A cuántos y a cuántas llamarás para seguir a Jesús. Les dirás al oído: Jesús te llama, síguele..."
4 comentarios:
Muchas felicidades Padre Alfredo! Que sigamos gozando de tener la bendición de tenerlo en nuestras vidas para acercarnos a Dios.
Un abrazo,
Josette
Que bonito he inspirador, Dios siga manteniendo su vocación tan firme como aquella primera misa para goce y bendición de nosotros, para alabanza y gloria de nuestro Señor, bajo la protección de nuestra madrecita la siempre Virgen. Abrazo. Jessica Pérez
Felicidades Padre Alfredo que Dios y la virgen le sigan bendiciendo. Saludos desde Pamplona!
Muchas felicidades Padre Alfredo, muchas bendiciones para usted. Un gran abrazo Patrícia
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