jueves, 26 de julio de 2018

Abuelos


Hoy, festividad de san Joaquín y santa Ana, abuelos de Jesús, recordamos como su hogar fue elegido por Dios para que naciera la Virgen María y se iniciara el cumplimiento de los planes divinos de redención.

Allí, María aprendió a rezar, y fue desarrollando todas aquellas virtudes en que se complacía la mirada del Altísimo; en aquel lugar se preparó para escuchar la llamada de Dios.

Esta es la misión más excelente que los padres pueden cumplir en relación a sus hijos: educarlos para la santidad, prepararlos para que sean buenos hijos de Dios.

Comentaba san Josemaría:

"En todos los ambientes cristianos se sabe, por experiencia, qué buenos resultados da esa natural y sobrenatural iniciación a la vida de piedad, hecha en el calor del hogar. El niño aprende a colocar al Señor en la línea de los primeros y más fundamentales afectos; aprende a tratar a Dios como Padre y a la Virgen como Madre; aprende a rezar, siguiendo el ejemplo de sus padres. Cuando se comprende eso, se ve la gran tarea apostólica que pueden realizar los padres, y cómo están obligados a ser sinceramente piadosos, para poder transmitir -más que enseñar- esa piedad a los hijos,

¿Los medios? Hay prácticas de piedad -pocas, breves y habituales- que se han vivido siempre en las familias cristianas, y entiendo que son maravillosas: la bendición de la mesa, el rezo del rosario todos juntos, las oraciones personales al levantarse y al acostarse..."

(En la foto, Manuel embobado con María Carolina, su primera nieta. Los abuelos son dos veces padres)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...