lunes, 18 de septiembre de 2017
Esperanza
Muy buena la entrevista que Teresa Gutiérrez hace a Mons. Fernando Ocáriz en la revista "Alfa y Omega". Allí leo una de las respuestas del nuevo Prelado del Opus Dei:
"El fundamento del espíritu del Opus Dei es la conciencia viva de nuestra filiación divina. San Josemaría escribió en Camino: 'Dios es un Padre lleno de ternura, de infinito amor. Llámale Padre muchas veces al día, y dile -a solas, en tu corazón- que le quieres, que le adoras: que sientes el orgullo y la fuerza de ser hijo suyo'. El anuncio de la relación con Dios en el Opus Dei tiene ese enfoque. Como escribe san Juan: 'Mirad qué amor tan grande nos ha mostrado el Padre: que nos llamamos hijos de Dios, ¡y lo somos!'.
Teresa: En este mundo nuestro, tantas veces prisionero en la cultura del lamento, saborear así el amor de un Padre es crucial para vivir con esperanza.
Siempre, y especialmente en estos momentos, hemos de tener muy presente esta maravillosa realidad, que ayuda a superar los pesimismos que sobrevienen ante los problemas de la vida, la conciencia de los propios defectos, las dificultades de la evangelización e incluso ante la situación del mundo. Nuestra vida no es una novela rosa, sino un poema épico. Sabernos hijos de Dios nos ayuda a vivir con confianza, gratitud y alegría. Nos invita a amar este mundo nuestro, con todos sus problemas y con toda su belleza. La paz del mundo depende más de lo que cada uno aportemos, en la vida ordinaria, (sonriendo, perdonando, quitándonos importancia), que de las grandes negociaciones de los Estados, por necesarias y relevantes que estas sean."
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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