viernes, 6 de marzo de 2015
Evangelio y periodismo
Muy interesante la conferencia que dictó para la Asociación de Periodistas de Nicaragua Mons. Silvio Báez hace pocos días.
Para no hacerles largo el cuento vayan unas ideas sueltas de dicha ponencia:
- El Evangelio nos revela que el modelo supremo de toda comunicación está en aquel evento en el cual Dios se ha comunicado en modo perfecto a los hombres: la muerte de Jesús en la Cruz. Este es el corazón del Evangelio: la presencia de la Trinidad en la Cruz, como icono perfecto que nos lleva a las profundidades de la comunicación interpersonal suscitada y hecha posible gracias a la comunicación de Dios a los hombres.
- El silencio del Padre en la cruz enseña que la comunicación es verdadera, no necesariamente cuando abunda en palabras, datos e imágenes, sino cuando crea auténticas relaciones, cuando brota del deseo de llegar al otro por su bien y es movida por el sumo respeto a su dignidad. El silencio del Padre en la cruz enseña que comunicar también exige callar.
- ¡Cuánta necesidad tenemos de incluir la palabra de la cruz, de la que habla san Pablo, en nuestra labor de comunicadores! La cruz de Jesús nos enseña a asumir los conflictos y las dificultades de una manera diferente, no dejándonos llevar por el abatimiento ni por la tentación de la venganza, sino manteniéndonos fieles a la causa del hombre, que es causa de Dios. la cruz es la frustración aparente de una promesa y de un proyecto, pero paradójicamente es el momento de su triunfo y de su plenitud.
- El Espíritu en la crucifixión de Jesús, como acto supremo de comunicación divina, crea y revela la profundidad de la relación, hace posible la armonía y la belleza en el caos y la fealdad de la cruz. El Espíritu crea la ética y la estética en la comunicación. Un periodismo animado por el Espíritu no se limita a la transmisión de datos, ni queda encerrado por intereses mercantilistas, sino que suscita un intercambio simbólico entre el informador y el receptor de la información, en donde prevalecen no tanto las cosas y los eventos, sino su sentido creador de relaciones interpersonales y promotor de conciencias críticas y lúcidas.
- ¿Es quizás pedirle demasiado a los periodistas y a los medios de comunicación comprometidos en describir y explicar la realidad que dieran espacio también a la razón religiosa, a la experiencia interior de la fe que anima a los creyentes, al misterio trascendente de la Verdad y el Bien que es Dios, sin reducir excesivamente la vida y misión de la Iglesia a una sola dimensión; cuantitativa, inmanente, en una palabra, horizontal?
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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