He quedado gratamente impresionado de la reacción de uno de los nuevos cardenales recientemente nombrados por el Papa Francisco.
Me refiero al obispo de Rabat, en Marruecos.
Mons. Cristóbal López declaraba con clara sencillez y fuerte convicción:
"El título y diploma de mayor categoría es el ser hijo de Dios, y lo obtuve en el bautismo. Estoy en lo más alto (como la mayoría de vosotros); no puedo ascender ni ser promovido, puesto que más que hijo de Dios no se puede ser"
De hecho, me he enterado, tiene enmarcada en su despacho la ¡partida de bautismo! Ya voy yo a buscar la mía...
(La foto es de la Catedral Católica en la ciudad de Rabat)
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