miércoles, 18 de noviembre de 2015

Gracias, Jaime


Entresaco algunas claves de un artículo de mi amigo Jaime:

El agradecimiento es una conducta universal de los seres humanos, de todos los tiempos y de todas las culturas. Damos gracias a Dios, a nuestros padres, a quienes nos salvan de grandes peligros, pero también a quienes nos hacen pequeños servicios de los que está llena la vida.

Hay quienes dicen que dar las gracias por mera cortesía no vale nada: lo importante -afirman- es agradecer de corazón y hacérselo sentir así a la otra persona.

En un primer momento, esta tesis podría parecer atractiva, pero si se piensa un poco se descubre que es una manera desenfocada de abordar este asunto vitalmente tan importante. ¿Por qué los padres de todo el mundo se empeñan en que sus hijos aprendan a dar las gracias? No lo hacen  meramente para que sus hijos aprendan un formalismo social, sino que lo hacen para que aprendan a ser agradecidos, esto es, para que a base de agradecer a los demás los servicios, atenciones o regalos que reciban, lleguen a ser mejores personas. Las fórmulas corteses, acompañadas si es posible de una sonrisa, son el camino que tenemos los seres humanos para adquirir el agradecimiento de corazón.

Un filósofo norteamericano asegura que dar las gracias es el mejor antídoto contra la depresión: ayuda más a quien las da que a quien las recibe, porque lleva a la persuasión de que todo es un regalo, incluida la propia vida y la de los demás...

¡Gracias, Jaime!

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...