Recibo un breve correo de mi hermano desde el Congo:
Ayer se nos ha ido al atardecer.
Se descompensó su diabetes por una infección...
Su último gesto lúcido fue señalar una foto de nuestro Padre para que el enfermero se fijara.
El funeral será el 1 de mayo en la catedral.
El Padre está muy cerca de todos.
Un abrazo
Fede
Después de rezar he ido a repasar la crónica que hizo José Luis O cuando viajó al Congo en 1998. Y allí leo:
"...Y luego está el caso de don Javier Hervás, el consiliario de la Obra en el Congo, que es especial y hasta hay quien se atreve a decir de él, que es un optimista patológico. Tendré ocasión de conocerle bastante bien durante estos días y llego a la conclusión de que su optimismo, no tiene nada de patológico, sino que está bien fundado. Ha pasado durante estos años por múltiples situaciones conflictivas y de todas ha salido con bien, y sin un solo rasguño. Ama el Congo y a los congoleños, y éstos le corresponden en igual medida. Ha venido a poner los cimientos de la Obra, y ya son varios proyectos en marcha, y ciento, miles de personas, que procuran vivir conforme al mensaje de santidad que predicó San Josemaría desde el 2 de octubre de 1928. ¿Se puede pedir más? Sí, don Javier pide a Dios que le conceda muchos años de vida para vivirlos en el Congo, al servicio de la Iglesia, y de los congoleños, y morir de viejo, si es posible, bien exprimido como un limón; pero si se tiene que morir antes, tampoco le preocupa demasiado..." (Cuando sale la luna...África danza)
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