No fue ni una misa ceremoniosa ni un sermón recriminante. Se trató de una inusual y multitudinaria "tertulia" como la llamaron quienes asistieron: una especia de amena plática entre padre e hijos...
Los "guanacos" (así se les llama por aquí a los salvadoreños) prepararon una bonita decoración: Las siluetas de san Josemaría y don Álvaro, el Salvador del Mundo (el monumento emblemático del país), el volcán de San Salvador y una iglesia muy conocida de la capital.
La próxima crónica será ya ¡en Nicaragua!
Entonces...habrá que hacer un poco más largo el cuento...¿o no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios e ideas para este blog. Ánimo y escribe.