En el Cristianismo la mortificación no busca el dolor por el dolor.
Para entender la mortificación del cuerpo como los ayunos, abstinencias... hay que ponerla junto a la imagen de un santo: cuadra con la sonrisa de Juan Pablo II o con la paz de Teresa de Calcuta en medio de los más pobres entre los pobres,
Valorado lo anterior encontramos que la mortificación del cuerpo responde fundamentalmente a dos motivaciones: el dominio de sí mismo y el embellecimiento de la persona.
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