miércoles, 18 de julio de 2018
Me lo contaron...
En una parroquia clandestina de China, como no tenían templo, reservaban al Señor sacramentado en las casas particulares de los fieles, con la condición de que estuviera siempre acompañado.
A una mujer que vivía sola, le surgió la necesidad de salir teniendo al Señor en casa, así que se le ocurrió pedir a la vecina, que era pagana, que estuviera durante un rato allí sentada, delante de aquella cajita donde -le explicó- estaba Dios.
La vecina aceptó y, cuando la mujer volvió al cabo de un par de horas y le dijo que ya podía volver a su casa, le contestó que le dejara estar un rato más, porque había sido el rato más feliz de su vida.
( Mañana es uno de los cuatro jueves - 19 y 26 de julio 2 y 9 de agosto- en los que los obispos de Nicaragua urgen a los fieles católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse en adoración al Santísimo en reparación e intercesión )
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