"Llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos... Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país" ( Mateo 8, 28-34)
Triste reacción la de los habitantes de Gerasa.
Todo lo contrario a lo que deseamos en estos momentos, y siempre, para Nicaragua y el mundo entero: la presencia redentora de Jesús.
(En la foto, la imagen de la "Sangre de Cristo" en su capilla de la Catedral de Managua)
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