Continúo con la reflexión de ayer, porque hoy se cumplen justamente 70 años de esta foto: la boda de mis padres Federico (ya en el Cielo) y Conchita, el 28 de Mayo de 1948:
La verdadera realización de sí se encuentra en el amor y en el servicio: ahí se libera el acceso a la realidad más auténtica.
Los gestos de afecto, de amor -y el matrimonio es el mayor de ellos, un compromiso de totalidad, ¡un Sacramento!- se hacen eco del amor de la Trinidad, porque significan el deseo o la disponibilidad para ser uno en el otro, como las Personas Divinas son Una en la Otra.
"El que me ha visto a mí ha visto al Padre", dice Jesús a Felipe (Juan 14, 9). Quien ve al Hijo ve al Padre, porque el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre: son todo Amor.
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