Benedicto XVI ha repetido que Dios ha mostrado su rostro en Jesucristo.
Si nosotros podemos manifestarnos y comunicarnos, Dios también.
Si el hombre puede buscar a Dios, cuánto más Dios podrá salir al encuentro del hombre y comunicarse con él, si quiere (si quiere Dios y si quiere el hombre).
De ahí que podamos rezar el Samo 27: "De ti mi corazón ha dicho: busca su faz; y yo, Yahvé, tu rostro buscaré. No me escondas tu rostro".
Lo trascendente puede ponerse en contacto con nosotros y puede guiarnos en su búsqueda.
No somos huérfanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios e ideas para este blog. Ánimo y escribe.