viernes, 27 de enero de 2017
Rafa - Roger
En la muy madrugada de Panamá de este próximo domingo Rafa Nadal y Roger Federe van a jugar la final del primer Grand Slam del año.
Parecía que ambos ya estaban de capa caída y que sería imposible verles en la cima de uno de los principales torneos, el de Australia.
Y ahí están.
Son un ejemplo de lucha que me ha hecho recordar lo tantas veces meditado: "La vida cristiana es un constante comenzar y recomenzar, un renovarse cada día"
"No nos engañemos: en la vida nuestra, si contamos con brío y con victorias, deberemos contar con decaimientos y con derrotas. Esa ha sido siempre la peregrinación terrena del cristiano...
No nos extrañe que seamos derrotados con relativa frecuencia, de ordinario y aun siempre en materias de poca importancia, que nos punzan como si tuvieran mucha. Si hay amor de Dios, si hay humildad, si hay perseverancia y tenacidad en nuestra milicia, esas derrotas no adquirirán demasiada importancia. Porque vendrán las victorias, que serán gloria a los ojos de Dios. No existen los fracasos, si se obra con rectitud de intención y queriendo cumplir la voluntad de Dios, contando siempre con su gracia y con nuestra nada"
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