Hoy, 31 de diciembre, el reloj es como más protagonista.
Dos consideraciones me hacía esta mañana, antes de celebrar la Misa del último día del año:
- "El tiempo es nuestro tesoro, el 'dinero' para comprar la eternidad" (Surco 882)
- "Es tanto el Amor de Dios por sus criaturas, y habría de ser tanta nuestra correspondencia que, al decir la Santa Misa, deberían pararse los relojes" (Forja 436)
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