Antes de construir un edificio, es preciso asegurarse de las condiciones del terreno, realizar estudios de viabilidad, nombrar un arquitecto, organizar la financiación, anunciar la oferta, elegir la empresa constructora. Sólo entonces se inician los trabajos: cimientos, muros, tejados. desagües... Llega un día en el que se puede decir: "La casa está terminada".
En la construcción de la santidad personal y de las virtudes que le son propias, no sucede lo mismo. Este es un edificio en continua construcción, algo así como la Torre Eiffel, cuyas piezas se cambian sin descanso, una tras otra, un día y otro, a lo largo de los años.
La Torre actual no conserva un solo perno de aquella de 1889.
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