miércoles, 10 de junio de 2015

La melodía de Dios


Hay quien dice que Dios nos ha hecho polifónicos.

Memoria, entendimiento, voluntad, inteligencia, imaginación, sentimientos, afectos...

Para tocar la melodía de Dios hay que poner orden en nuestro interior. No solamente haciendo que nuestra inteligencia domine la imaginación y encauce la fuerza de los sentimientos y afectos, sino haciendo que el corazón toque una música para el Señor.
Si queremos interpretarla bien, conviene poner ese corazón a tono, como se afinan los instrumentos para que den la nota adecuada.
Se trata de educar los afectos, de fomentar una sensibilidad por lo que es auténticamente bueno, porque responde a nuestro ser personal, con todas sus dimensiones.

(En la foto, Isabel Spiller el pasado 1 de mayo. Buen regalo de cumpleaños)

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