Hoy, miércoles de ceniza, en la Misa, sobre las ofrendas: "Al ofrecerte este sacrificio que inaugura la Cuaresma te pedimos, Señor, que nuestras obras de caridad y nuestras penitencias nos ayuden...para que merezcamos celebrar piadosamente los misterios de la pasión de tu Hijo..".
Me acordé de Verónica. Así nosotros: Esta Cuaresma ha de ser un deseo muy grande de ser cristiano, cristiana, de amar a Cristo que pasa con la Cruz para salvar al mundo entero.
El Señor dejó en el velo de la Verónica su rostro: con los ojos abiertos y con muchas manchas de sangre.
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