"Después volvió a aparecerse Jesús a sus discípulos a orillas del mar... Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas... Cuando acabaron de comer, le dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?... Sígueme... Se volvió Pedro y vio a aquel discípulo... ¿y éste qué?..." (Juan 21, 1 y ss)
Mientras el Señor camina con Pedro sobre la arena de la orilla, hablan del mar, de una pesca eterna, de nuevos pescadores que vendrán...
Y la huella de sus pies queda borrada en cada ir y venir del agua, como la triple negación de Pedro, que se ha borrado con sus tres actos de amor y de humildad.
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