Cuaresma. Primeras rampas. En este trayecto es el mismo Dios quien nos alienta. Lo hace, entre otras cosas, con su Palabra. Los salmos expresan cómo Dios quiere que nos dirijamos a Él en cada momento. Hoy, viernes, así:
"Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora..."
Somos centinelas queriendo que los demás descansen, cuidando de la Iglesia, de los demás hermanos nuestros. Mi lucha, mi sacrificio es para descanso de los otros... Esperando la aurora, el amanecer.
En Cuaresma esperamos la Pascua.
¡Centinela, alerta!
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