sábado, 16 de noviembre de 2013

Fin


"Nadie puede servir a dos señores...: no podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mateo, 6, 24)

Leído hace poco: "El amor propio disgrega al hombre en diversas tendencias desordenadas e incoherentes hacia las realidades externas, que son incapaces de satisfacer las ansias ilimitadas de bondad que experimenta el corazón humano. Por el contrario, el amor a Dios es capaz de unificar la totalidad de la vida humana con sus múltiples y diversas manifestaciones. Un equilibrio entre ambos es imposible, porque no pueden coexistir dos fines últimos en la intención del que obra"

¿Dónde está tomada la foto del tranvía?

2 comentarios:

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