"Nadie puede servir a dos señores...: no podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mateo, 6, 24)
Leído hace poco: "El amor propio disgrega al hombre en diversas tendencias desordenadas e incoherentes hacia las realidades externas, que son incapaces de satisfacer las ansias ilimitadas de bondad que experimenta el corazón humano. Por el contrario, el amor a Dios es capaz de unificar la totalidad de la vida humana con sus múltiples y diversas manifestaciones. Un equilibrio entre ambos es imposible, porque no pueden coexistir dos fines últimos en la intención del que obra"
¿Dónde está tomada la foto del tranvía?
En Milan, Italia
ResponderEliminarEs en Europa, pero no en Milán
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