Termino estos capítulos de la excursión por el río San Juan (lo he hecho a propósito para no hacerte largo el cuento) contando una maravillosa coincidencia:
Navegando en la canoa precisamente a las cuatro de la tarde me dispuse a rezar "Vísperas". Saqué el Breviario y comencé con el Himno. Para mi sorpresa leí:
"El cielo de las cuatro de la tarde
halló en las aguas del Jordán su espejo
y el río se hizo más azul de pronto,
¡ y el río se hizo cielo ! "
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