Vistas de la calle principal del pueblecito del Castillo. Lo recorrimos saludando a distintas gentes que nos recibieron en todo momento con mucho afecto.
Daban ganas de quedarse allá más tiempo. Y prometimos volver. Verdaderamente Nicaragua tiene lugares bellísimos y personas encantadoras.
Se hacía tarde y nos acercamos al embarcadero para coger la lancha de regreso. Todavía, a la vuelta, nos esperaban otros motivos importantes del viaje.
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