jueves, 8 de diciembre de 2011

Inmaculada Concepción



Si bien nosotros no gozamos de los dones preternaturales que el Señor concedió a Adán y Eva, poseemos la gracia que se nos comunica en el Bautismo: así, podemos elevar toda nuestra vida al orden sobrenatural, e imitar a María Santísima, que dirigió por amor todos los momentos de su existencia hacia el Señor.

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