martes, 15 de junio de 2010

Trompetazos

Un muchachito cojo fue a platicar con un sacerdote. Estaba triste por su condición. El sacerdote, con serenidad, le dijo: ¿por qué estás triste? ¿qué te impide hacer el bien a los demás? Entonces el muchacho quedó iluminado: su vida cambió radicalmente.

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