
Este fin de semana me encuentro predicando un curso de retiro en la iglesia de San Caralampio, la que se ve en la foto.
Lo característico del lugar, la ciudad de Diriamba, es su famoso reloj, que no tiene nada que envidiar al de la torre de Londres.
Entre meditación y meditación es fácil, al oir las horas, recordar lo que decía San Agustín en uno de sus sermones:
"Rescatar el tiempo es sacrificar, cuando llegue el caso, los intereses presentes a los intereses eternos, que así se compra la eternidad, con la moneda del tiempo"
¿Por qué la iglesia de verde?
ResponderEliminarOtra vez sin ningún punto y aparte.
En Nicaragua gustan mucho de pintar las casas con colores muy vistosos y atrevidos.
ResponderEliminarLa máquina no me dejó poner los puntos y apartes
Mucho "cuento" lo de la máquina.
ResponderEliminarA mí también me gustan esos colores.